jueves, 23 de abril de 2009

Welcome VMA

Sol Serrano; Sábado 11 de abril de 2009.
Revista El Sabado - El Mercurio.



Cuando las monjas francesas llegaron a Valparaíso en 1838 para fundar el primer colegio católico femenino, las miraron como si fueran fantasmas.
Nunca habían visto a una monja caminando por la calle. Las que conocían, estaban dentro de los conventos. En la primera misa oficiada por el obispo, las escondieron detrás del altar para darles la comunión porque usaban sombreros a la francesa y no mantillas a la española. Casi un siglo después, en las calles de Santiago costaba creer que hubiera unas monjas− esta vez norteamericanas − que manejaran una vieja camioneta verde y que enseñaran a sus alumnas a leer a Shakespeare con la misma naturalidad que a montar los musicales más taquilleros de Broadway. Como si fueran poco, no formaban mujeres sólo para la economía doméstica, sino para el mundo. Su modernidad causó entonces curiosidad y admiración.

En una fría mañana de Nueva Inglaterra, en una universidad que se supone llena de enredaderas que se niegan a florecer, abro mi correo electrónico donde se acumulan alrededor 60 o 70 mensajes que decían Good Bye, VMA. No era una cadena, era toda la clase del 71 manifestando una desolación personal, intima, de una identidad − otra de tantas− que el tiempo se llevaba. Entre nosotras, que no necesitamos contarnos ningún cuento porque nos conocimos chicas, se compartía la admiración por esa educación recibida que nadie sabe definir muy bien, pero que se reconoce tan bien. Eso se repitió en cada generación de este colegio emblemático.
El Villa María , junto con el Saint George’s, representa la primera introducción del catolicismo norteamericano en el siglo XX chileno. La influencia de Estados Unidos había avanzado lentamente entre nosotros, primero en inversiones mineras, luego en la música, los autos, algo de la moda y los primeros ingenieros chilenos que partieron a estudiar al norte. Pero el significado de este colegio no era sólo ser norteamericano, sino ser católico en un país católico. Esa era una experiencia distinta a lo que había sido la educación francesa de la elite masculina y femenina del siglo XIX que entonces predominaba.
La diferencia reside en que el catolicismo en Estados Unidos era y es una religión de minoría. Era, una religión de inmigrantes, de irlandeses, que eran mirados con desprecio, especialmente en Massachusetts, por profesar una religión que parecía muy extraña. Los católicos crecieron y ascendieron socialmente junto con el gigantesco desarrollo del país. El hecho de ser una religión de minoría le ha dado históricamente algunas características que para nosotros, y en general para países ancestralmente católicos, son originales. Es un catolicismo muy riguroso, más arraigado en el compromiso individual y personal que en la convención social. Aprecian y respetan el pluralismo religioso, admiran las libertades, el igualitarismo y el emprendimiento que ellos mismos representan. El individualismo y el compromiso comunitario parecen las caras de una misma medalla. Ser católico es una clara opción y por ello una gran responsabilidad. El catolicismo de los países histórica y mayoritariamente católicos − si se me permite una afirmación tan gruesa− se respira en la cultura más que en el compromiso individual, por lo cual tiende a ser más jerárquicos, más proclive a la convención, más temeroso del pluralismo y las libertades. La importancia del catolicismo norteamericano en America Latina, y especialmente en Chile, es una historia por hacer. Una reciente investigación que no puedo citar porque no ha sido publicaba, concluía que los principales colegios donde había estudiado la elite chilena actual eran el Saint George’s en hombres y el Villa María en mujeres. Es un dato que, sin embargo, me parece menos relevante que el sentido general que el Villa María ha tenido en la formación de ese segmento.

Fue el encuentro de estas dos tradiciones culturales de una misma religión la que selló una identidad tan fuerte y sostenida. La originalidad del Villa María ha sido cultivar el rigor desde la libertad más que desde la autoridad o la jerarquía; estimular la individualidad más desde el optimismo que desde el temor. Había allí un estilo emprendedor, donde daban ganas de ganar más para cambiar que para mantener.
La elite chilena está viviendo una transformación muy profunda, y la elite católica muy especialmente. Hay una tendencia a la segregación que se respira en la ciudad. Cada institución que pretende una misión tiene su propia identidad y es justo que así sea, pero las sociedades no son la suma de esas identidades, sino la relación entre ellas. Dentro de la formación de la elite católica, el Villa María − que me parece, en relación con mundo laico, tan emblemático como el Liceo 1 – ha tenido la virtud de ser universalmente católico, más transversal socialmente de lo que se suele creer y, dentro de un marco conservador, ha tenido una vocación moderna que lo ha hecho más abierto a la sociedad. El Villa María ha sido una riqueza para el tejido de madejas fragmentadas.

Este no es un problema de viejas, señoras, jóvenes y niñitas “cuicas”. En nuestro país, donde las tradiciones vivas son pocas, ésta es una tradición que nos interroga sobre la relación entre mujeres muy privilegiadas y la sociedad de la que forman parte.

El retiro de las religiosas del Inmaculate Heart of Mary, una congregación que siendo educacional no ha sido misionera y cuya presencia en Perú y Chile fue más bien accidental, plantea el rol de los laicos en la Iglesia. Propone el desafío de mantener una identidad que, a mi juicio, se funda en su doble carácter de católico y norteamericano. Es posible que se encuentren fórmulas imaginativas para que aquello no se pierda en esta nueva etapa.

Una de las tradiciones más arraigadas en el colegio ha sido cantar “Welcome” a todas las visitas. Cuando eran importantes se reunía todo el colegio en el patio − recuerdo el entusiasmo y la inocencia con que se lo cantamos a Robert Kennedy poco antes de que lo asesinaran − o a una nueva compañera que llegaba al curso. No hay dos alumnas del VMA que se junten sin que a los dos minutos lo estén cantando. Termina diciendo: “You’ ll always find a welcome if you come to VMA”.

Es el caso de volver a cantarlo y releer su historia para el futuro.

martes, 7 de abril de 2009

Una marea de panteras VMA tiñó de rosado el San Cristóbal

El Mercurio 5 de abril de 2009.
Ayer, a las 9:30 horas en punto, la calle Pedro de Valdivia norte marcó el inicio de la tradicional caminata del colegio Villa María Academy (VMA), que reunió alrededor de dos mil personas con el objetivo de subir el cerro San Cristóbal en vísperas del Domingo de Ramos. En esta ocasión, la comunidad escolar aprovechó de realizar un acto de apoyo y lealtad al colegio y a las sisters -de la congregación Siervas del Inmaculado Corazón de María-, luego que decidieran irse del país por falta de vocaciones y dejar la dirección de la institución en manos laicas.
Haciendo uso de su popular color distintivo de la barra y del equipo de atletismo, todos llegaron con poleras, pantalones, sombreros, cintillos y buzos rosados, en donde ni siquiera el perro de una de las alumnas escapó al tradicional colorido que las hizo conocidas como "panteras rosadas".
y con la misma honestidad, libertad y transparencia con que ellas están dando este paso".



Frente a la Virgen, el padre Felipe Berríos (capellán del colegio) encabezó una misa y llamó a los apoderados, alumnos, profesores, administrativos y ex alumnos a tener confianza: "Hay que dejar de lado los rumores y rezar por el futuro del colegio... Las sisters nos dejan su espíritu y eso es como un bastón de una posta. La mejor manera de ayudarlas es trabajando en el colegio con entusiasmo


Por su lado, la sister Catherine Ward pidió que confiaran en ellas: "Vamos a hacer lo mejor para ustedes y hay que seguir adelante con el espíritu del VMA".

Directora del Villa María Academy: "Visitarlas es posible, pero no mantener el colegio ni supervisarlo"

El Mercurio 4 de abril de 2009

Sister Catherine Ward no puede caminar tranquila por los patios del Villa María Academy. No pasa un minuto sin que se le acerque un grupo de alumnas a saludarla o abrazarla, en el caso de las más pequeñas. Es que ya todas saben que su directora pronto se irá, y luego la seguirán todas las otras sisters que, para ellas, son el alma del establecimiento.

En ese ambiente, la última directora religiosa que tendrá el colegio recibe a "El Mercurio" para explicar lo que tiene revolucionadas a "sus niñas": la salida del país de la congregación de las Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón.

-¿Qué ha significado para usted la labor que ha realizado en Chile? ¿Cómo la describiría?

"Como una labor con mucho cariño de parte de todas las sisters que han estado acá a lo largo de 70 años. Una labor que nos ha dado muchas alegrías, mucha fe y mucha esperanza en el poder de nuestros apoderados, nuestras ex alumnas y nuestras niñas".

-¿Cuál es la razón de su partida?

"Es por falta de vocaciones. Cada año mueren entre 30 y 40 de nuestras sisters, ya que la mayoría son de edad. Tienen 90 o incluso más de 100 años. Y nosotras no tenemos vacaciones, porque todos los años hay sólo dos o tres personas que entran a la congregación. No somos las únicas con este problema. ¿Pero hasta qué punto podemos mantener un colegio con calidad y con amor en estas condiciones?".

"Hoy la decisión que debemos tomar es dolorosa y necesaria. Pero tenemos harta confianza en nuestros apoderados, ex alumnos y niñas. Ellos continuarán la tarea. No tenemos duda de que Villa María continuará igual en los próximos 70 años".

-¿Cuál será el mecanismo?

"Estamos formando una comisión para estudiar cuál será la mejor forma. No queremos hacer las cosas tan rápido. Queremos estudiar y profundizar en lo que queremos para nuestro colegio".

-¿Cómo será la transición?

"He estado trabajando con la nueva directora, Ana María Tomassini, desde enero. La idea es que las tres sisters que van a quedarse hasta 2011, porque yo me voy este año, trabajen con ella".
-Las alumnas dicen que ustedes jamás les "lavaron el cerebro" para ser sisters...
"¡Uff, no! Imposible con nuestras niñas. En kínder y primero básico todas quieren ser sisters, pero después no más".
-¿No habrá sido eso un factor importante en la falta de vocaciones?
"Noo. Porque ese tipo de vocaciones no duran. Así, puede que entren 120 niñas, pero después de dos o tres años se van a retirar. Una vocación es una llamada de Dios. No es para toda la gente. No, para brainwashing nuestras niñas no están. No es la forma".
-¿Ha habido vocaciones de las alumnas de acá?
"Algunas, pero la mayoría se han retirado. Hoy sólo tenemos una, que es mitad nuestra y mitad de las carmelitas. Es sister Patricia Ariztía. Tiene un vínculo muy grande con nosotras".
-Las ex alumnas dicen que ustedes prometieron visitarlas en el futuro...
"Sí, visitarlas es posible. De vez en cuando, pero no para mantener el colegio ni para supervisarlo. Puede ser una visita para el bicentenario de Chile y los 70 años del colegio. Imagino que van a invitar a algunas sisters y que también invitarán a algunas para los 75 años. Pero es como la suegra que vive en España, que llega de visita algunos días".
"Formamos a nuestras niñas para ser líderes"
-¿Dónde más tiene colegios la congregación?
"Tenemos dos colegios acá en Chile. El Villa María Academy y una escuela subvencionada en Curacaví: Nuestra Señora del Carmen. Es un colegio para niños con menos recursos y de kinder hasta octavo. Ahí trabajan tres sisters. En el extranjero tenemos seis colegios en el Perú y muchos más en los Estados Unidos. En total son cerca de 100".
-¿En Perú la congregación se mantendrá?
"Por el momento sí, y también en Estados Unidos. Hasta el momento tenemos vocaciones. No son millones, pero tenemos. El domingo pasado entraron dos mujeres en Perú y en septiembre, en Estados Unidos, entraron cuatro".
-Sus niñas han contado que estudian con gusto porque se pasa bien con ustedes. ¿Qué importancia le da a eso?
"Es parte de nuestra personalidad en Estados Unidos. Somos así y no podemos cuadrarnos para ser otras personas. Por ejemplo, hoy andaba con mi polerón fucsia y mi sombrero fucsia".
-¿Qué puede decir del modelo educacional de Villa María?
"Nuestras niñas reciben la mejor formación académica para que puedan ser autosuficientes. No estamos en contra del matrimonio, pero no es la idea enseñarles a cocinar, lavar, tender camas, para ser una mujer que siempre diga 'sí, qué quieres de mí'. Las formamos para ser líderes".
"Hoy la decisión que debemos tomar es dolorosa y necesaria. Pero tenemos harta confianza en nuestros apoderados, ex alumnos y niñas. Ellos continuarán la tarea".

Ex alumnas del Villa María pedirán contar con supervisión de las sisters

El Mercurio 5 de abril de 2009.

Insistirán en que la congregación mantenga la tutela del establecimiento, y hablan de crear un directorio que se preocupe de conservar el sello del colegio.

No va a ser fácil que las hermanas del Colegio Villa María Academy se retiren definitivamente del establecimiento, como lo anunciaron a mediados de esta semana.

Un grupo de ex alumnas ya está planeando la fórmula para seguir en contacto con la Congregación de las Siervas del Inmaculado Corazón de María. De esta forma, lograrían no desvincularse completamente de las sisters que fundaron el colegio hace 69 años y que tienen pensado dejar definitivamente el establecimiento en 2011.

La propuesta que ha circulado entre las ex alumnas durante los últimos días es que cada generación de egresadas elabore una carta destinada a la superiora de la congregación en Estados Unidos, para pedirle que continúe ligada al colegio aun cuando no cuenten con la presencia directa de monjas en el establecimiento.

Además, se está evaluando crear una especie de directorio que asegure la continuidad del sello de las hermanas en la formación de las alumnas y, paralelamente, se les solicitaría a las religiosas la supervisión del proyecto educativo. Según la decana de Educación de la U. Finis Terrae y ex alumna, Luz María Budge, ha tomado fuerza la idea de "pedirles a las monjas que desde Estados Unidos mantengan la tutela, con visitas anuales, semestrales, y con un reporte del colegio de manera de que nunca pierda la línea en las decisiones importantes".

Frente a esta iniciativa, la directora del plantel, Catherine Ward, se mostró cautelosa. "No queremos decir nada todavía. Estamos formando un grupo para tomar un plan bien hecho para el colegio", dijo ayer, luego de una misa a los pies de la Virgen del Cerro San Cristóbal, convocada por el colegio para celebrar Semana Santa.

A la actividad -que comenzó con una caminata desde los faldeos del cerro- asistieron cerca de dos mil alumnas, profesoras, ex alumnas y apoderados. La mayoría con prendas rosadas, color distintivo del colegio. Allí, la comunidad les dio muestras de apoyo a las sisters, que el capellán del establecimiento, padre Felipe Berríos, sintetizó al comenzar la misa. "Esta marea rosada que hay acá es la respuesta al cariño y la lealtad a ustedes".

Rostros conocidos también participaron en la actividad y presagiaron que los últimos acontecimientos no afectarán el espíritu del colegio. El periodista y apoderado Matías del Río opinó que "va a ser para mejor, porque los padres e hijos se van a involucrar más", añadiendo que cree que las religiosas seguirán vinculadas al colegio.

Un sentir parecido experimentó la periodista y ex alumna Macarena Pizarro, quien admitió que "no pierdo la fe de que nos van estar visitando en forma constante y van a mantener el vínculo con el colegio".

Hermanas del Villa María se van de Chile y estudian alternativas para traspasar el colegio.

El Mercurio 2 de abril de 2009.
Llantos, angustia y emotivos aplausos se sintieron anoche en la urgente reunión convocada por las hermanas del Colegio Villa María Academy para anunciarles a los padres de las alumnas su retiro del plantel.

Cerca de 400 apoderados llegaron ayer a las 19 horas al gimnasio del colegio y escucharon atentos las palabras de dos hermanas que vinieron de Estados Unidos para hablar en nombre de la superiora de la Congregación del Inmaculado Corazón de María. La noticia fue demoledora: las religiosas notificaron a la comunidad que se irán de Chile y que dejarán la dirección del colegio a partir de julio de este año.
Desde ese momento, la actual subdirectora de enseñanza básica, Ana María Tomassini, asumirá la dirección del recinto junto a un grupo de profesoras que se harán cargo del resto de las jefaturas. Paralelamente -y hasta fines de 2011- quedará un grupo de tres hermanas que continuará apoyando a las profesoras encargadas del establecimiento.

La decisión impactó a la comunidad y la explicación que brindaron las hermanas fue la escasez de vocaciones religiosas que tienen dentro de la congregación a nivel mundial.

Para graficarlo, la hermana Dolores Joseph explicó que anualmente mueren entre 30 y 40 religiosas y que sólo ingresan a la congregación entre dos y cuatro hermanas.

El futuro del colegio no está definido. Las hermanas están estudiando opciones, pero confirmaron que no venderán el plantel. La idea que se baraja es hacer un traspaso a una corporación educativa compuesta por padres, ex alumnas y docentes.

Aunque la congregación norteamericana también está presente en colegios de Perú, sólo se retirarán de Chile.

"Ustedes se preguntarán ¿por qué Chile? La respuesta puede sonar un poco injusta: decidimos dejar el Villa María y Nuestra Señora del Carmen de Curacaví porque pensamos que pueden seguir siendo colegios católicos de excelencia aunque no estemos presentes", explicó la hermana Teresa Catherine a los apoderados.

La directora del colegio, Catherine Ward, aseguró que continuarán las mismas tradiciones y el "pink power" de las alumnas.

Muchos de los padres se mostraron preocupados por el futuro del colegio, pero gran parte apoyó a las hermanas. "Es un traspaso orgánico. No dejarán el colegio botado", dijo el periodista y apoderado Matías del Río.

Episcopado valora aporte del Villa María por haber formado muchas líderes para el país.

El Mercurio, 3 de abril de 2009.
El presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal, Carlos Pellegrin, dijo que el retiro de Chile de la Congregación del Inmaculado Corazón de María, a cargo del colegio Villa María Academy, es parte de un fenómeno que afecta a la educación católica en todo el mundo.
"Son tantas las congregaciones religiosas que están dejando su presencia en los colegios católicos en el mundo, que tuvimos que comunicarlo a Roma recientemente", reveló.
Efectivamente, en diciembre último la Conferencia Episcopal lo planteó así a la Congregación para la Educación Católica durante la visita a El Vaticano.
"No es un buen signo. Es un hecho que está ocurriendo en el mundo entero. Ante la falta de religiosos y religiosas, están entregando la administración de los colegios a los laicos", dijo.
Aunque valoró la competencia de estos últimos, sostuvo que la presencia de un sacerdote o de una religiosa le da una garantía especial a la comunidad escolar. "Las familias buscan un colegio dirigido por un sacerdote o una religiosa", afirmó.
Pellegrin lamenta la ida de las hermanas del Villa María Academy por partida doble, no sólo como directivo del Área de Educación del Episcopado, sino también como ex rector del colegio Verbo Divino (masculino), establecimiento que está a pasos del Villa María Academy (femenino), en Alcántara con avenida Presidente Errázuriz.
"Fui rector por 7 años, y ellas eran nuestras vecinas. Lamento harto que las hermanas se vayan. Estuvimos en competencias deportivas conjuntas, así como en los proyectos de formación con apoderados. Mi colegio tenía 2.160 alumnos y ellas eran unas mil ochocientas", recordó.
Incluso confidenció que en el "quiosco de la Rosy", muchos estudiantes pololearon con las niñas del Villa Academy "y muchos se casaron, y ahora son apoderados del colegio".
A Pellegrin -también obispo de Chillán- siempre le impresionó positivamente la impronta del Villa María Academy en orden a formar mujeres líderes en el país.
"La historia de ese colegio muestra como tradición que justamente muchas mujeres son y han sido líderes en los diversos ámbitos del quehacer nacional... en la política, en la cultura y las artes, en educación, en las ciencias. Todas ellas han sido un aporte a Chile", valoró.
"El trabajo de la congregación y de las hermanas ha sido riguroso. Por eso es lamentable que se retiren", concluyó.
Próxima semana empezarán definiciones para el plantel
Recién a partir de la próxima semana comenzarán las reuniones entre apoderados, profesores y la comunidad escolar del Colegio Villa María Academy para buscar cómo afrontar la partida de las hermanas que dirigen el establecimiento.
El vicepresidente del centro de padres, Sergio Cruz, explicó que están trabajando para "conocer el plan por el cual en estos dos años nos van a traspasar el colegio a los apoderados, ex alumnas y profesores". Por eso, ya se habla de la creación de una comisión mixta entre los tres estamentos.
En Facebook ya han surgido grupos que dan muestras de apoyo al plantel y hoy las alumnas irán vestidas de rosado a clases simbolizando el "pink power" del establecimiento. Además, la comunidad escolar convocó para este sábado a una caminata a la Virgen del Cerro San Cristóbal, donde esperan contar con una alta concurrencia.
"Su labor tiene el sello de despertar la conciencia social de las niñas para luego comprometerse con los años en el cambio social en beneficio de los más pobres"

Colegio Villa María

Carta de MACARENA RIVERA MARTÍNEZ
El Mercurio 5 de abril de 2009
Señor Director:

Como ex alumna del colegio Villa María Academy (VMA) y como católica activa no puedo dejar de reflexionar acerca de la decisión de nuestras queridas "sisters" de dejar el país.

Lamentablemente, éste es un problema mundial producido por la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas, sobre todo en países como el nuestro, que se declara mayoritariamente católico.
Siento que lo que hoy sufre la comunidad del Villa María será quizá lo que ocurrirá, en un futuro quizá no tan lejano, con otros colegios formados por comunidades religiosas.
Creo que debemos como comunidad cristiana aprender de este dolor y ver qué nos pasa hoy como sociedad chilena. Los padres no estamos incentivando a nuestros niños a seguir la vida religiosa, que por cierto es una opción. Reconozco que cuando pienso en mis hijos me los imagino casados, con hijos y profesionales, pero no sirviendo al país desde la tribuna religiosa. Quizá ése ha sido nuestro error como comunidad cristiana.
Cada día estamos más preocupados del éxito y del dinero. Sinceramente espero que aprendamos de esta decisión que tanto ha tocado a la comunidad del VMA.